El fútbol tiene ese mágico poder de convertir a un jugador en héroe, y este sábado, Sergi Darder se erigió como el verdadero líder del Mallorca en el Reale Arena. No solo por marcar y asistir a Larin, sino porque cada vez que tocaba el balón, parecía tener una conexión especial con sus compañeros. Cuatro pases de gol en los últimos cinco partidos de Liga son prueba de que cuando él está bien, el equipo vuela.
Darder brilla con luz propia
Aunque muchos dudaban de su rendimiento desde su llegada, Darder ha callado bocas y ha demostrado ser un verdadero maestro del juego. El choque contra la Real Sociedad fue una oportunidad perfecta para mostrar su calidad. Con cada pase y cada jugada, él pedía el balón, no se escondía ante las adversidades.
Cuando Arambruru le hacía falta, Darder respondía con valentía. Este es el futbolista que todos esperábamos ver: sin miedo a fallar y con ganas de ser decisivo en los momentos críticos. Si continúa así, sin duda será clave para que el Mallorca aspire a más esta temporada.
Recuperó balones y proporcionó asistencias brillantes; su conexión con Raíllo o Asano ya es casi telepática. Contra la Real Sociedad hizo algo memorable: recuperó un balón y dio un pase perfecto a Larin que lo dejó frente al portero rival para abrir el marcador. ¡Y qué decir del segundo gol! Con una jugada espectacular desde la banda izquierda, se adentró en el área y disparó con precisión para poner las cosas 0-2.
Con siete jornadas por delante y la mirada fija en Europa, Darder tiene en sus pies no solo goles sino también sueños por cumplir junto a su equipo. Su entrega es innegable; está decidido a llevar al Mallorca hacia nuevos horizontes.