El ambiente en Son Moix se tornó caótico al final del partido ‘Jogo Dos Famosos’, un evento que prometía ser una fiesta del fútbol, pero que terminó en un espectáculo lamentable. Tras el pitido final del árbitro, cientos de aficionados, ansiosos por conseguir una foto o un autógrafo de sus ídolos como Ronaldinho y Iván Campo, saltaron las vallas y se lanzaron al césped sin pensar en las consecuencias.
Un descontrol total
La seguridad privada, contratada para mantener el orden durante el evento, se vio superada por la marea humana que invadió el campo. Los niños correteaban entre los restos de comida y vasos tirados por doquier, mientras los vigilantes intentaban infructuosamente desalojar a la multitud. Era como si todos hubieran olvidado que estaban pisando el césped natural del Real Mallorca, tan sensible a cualquier tipo de daño.
Como medida desesperada ante este descontrol, los aspersores fueron activados para intentar evacuar a la gente. Pero muchos ignoraron completamente la situación y comenzaron a jugar con el agua, riendo mientras otros luchaban por recuperar la calma. La imagen era surrealista: una celebración transformada en un caos absoluto.
Afrontemos la realidad: esta invasión dejó al Mallorca con mucho trabajo por delante. Después de haber colaborado en la organización del evento y entregarle una camiseta a Ronaldinho, ahora deberán lidiar con las posibles lesiones del césped antes del próximo partido contra el Leganés. Sin duda, este episodio sirve como recordatorio de que no todo lo que brilla es oro en el mundo del deporte.