La plantilla del Illes Balears Palma Futsal se enfrenta a un reto que roza lo épico en las próximas tres semanas. Antonio Vadillo, el técnico del equipo, repite su mantra: ‘bendita locura’. Y no es para menos, porque el calendario ha decidido poner a prueba cada rincón de su fortaleza. Imagina estar dentro de un torbellino y aprender a mirarlo a los ojos; eso es lo que viven estos jugadores semana tras semana.
Un maratón incesante
En apenas 21 días, el Palma tiene que lidiar con siete partidos que ponen la adrenalina al máximo. Desde el 29 de octubre hasta el 18 de noviembre, han tenido que darlo todo en cada encuentro. Y no son partidos cualquiera: ya se han medido al poderoso Movistar Inter FS y han jugado tres encuentros decisivos de la Main Round de la UEFA Futsal Champions League, donde muchos vaticinaban una muerte casi segura por ser parte del grupo más complicado. Pero el equipo balear ha sorprendido al mundo futbolístico al salir victorioso frente a rivales como Etoile Lavalloise, FK Chrudim y FC Semey, avanzando así como primeros de su grupo.
A esta hazaña europea se le suma la reciente conquista de la Copa Intercontinental frente a Peñarol y un último duelo contra ElPozo Murcia Costa Cálida que dejó sin aliento a más de uno. Todo esto se entrelaza con viajes constantes, recuperaciones exprés y un pabellón lleno que no deja de empujarles hacia adelante en cada batalla.
Este año, el Illes Balears Palma Futsal está compitiendo en todas las ligas posibles: Primera División, UEFA Champions League, Copa Intercontinental, Copa del Rey y Supercopa de España. Lo único que falta es la Copa de España, cuyo pase se ha convertido en una meta primordial para ellos durante las próximas semanas.
Desde septiembre ya han jugado 15 partidos oficiales; ¡tres o cuatro más que muchos equipos competidores! Esto trae consigo desafíos como entrenar menos y viajar más. Además, han tenido que gestionar un vestuario que ha cambiado bastante después del verano; esos nuevos fichajes todavía están encontrando su lugar.
A pesar del agotamiento acumulado por los compromisos internacionales y una preparación limitada debido a los viajes constantes, este equipo sigue demostrando su valía donde realmente importa: en la resistencia diaria y en esa competitividad feroz capaz de diferenciar a los buenos equipos de los grandes.
Tener títulos es genial, pero lo verdaderamente impresionante es mantenerse en todas las fases finales cuando el margen para errores es prácticamente inexistente. Para un club como el Illes Balears Palma Futsal—que no viene arrastrando una larga historia dentro del futsal español—esto tiene un valor inmenso; han peleado por ganarse su lugar con esfuerzo y pasión.
A medida que nos acercamos al final del año, queda claro que aún tienen mucho por hacer. A nivel nacional deben asegurar su presencia en la Copa de España y enfrentarse también al temido Hit Kyiv en octavos de final europeo; un rival duro como pocos y acostumbrado a batallar entre gigantes europeos.

