Este fin de semana, el Handbol Mallorca llegó a Águilas con la ilusión de repetir su buena actuación anterior, pero lo que encontraron fue un escenario hostil y un partido lleno de sorpresas. A pesar del esfuerzo y la preparación, los hombres de Sergio Sevilla no lograron mantener el ritmo y terminaron cayendo ante el Balonmano Águilas, en un duelo donde las decisiones arbitrales dejaron mucho que desear.
Un primer tiempo marcado por la tensión
Desde el inicio, el partido estuvo igualado. Con la energía de Kike Moreno y la puntería de Álex Pazos, el Handbol Mallorca llevó la voz cantante, intercambiando goles con los murcianos. Pero, como suele pasar en estos encuentros, todo dio un giro inesperado cuando los árbitros empezaron a tomar protagonismo. En un momento crucial del primer tiempo, mostraron una roja directa a Michel Soledad, dejando al equipo mermado y con una sensación de injusticia en el aire.
A partir de ahí, la dinámica cambió drásticamente. Los jugadores mallorquines parecían perder su norte y se notaba que ansiaban llegar al descanso para recomponer sus ideas. La situación empeoró cuando expulsaron a Ismael Sous, lo que dejó al equipo aún más tocado justo antes del descanso, que llegó con un 15-12 favorable para los locales.
En el vestuario, tanto Sergio como Jaime intentaron calmar los ánimos. Pedían reacción inmediata y claridad al volver al campo. La segunda parte comenzó con todo; aunque los murcianos marcaron territorio nuevamente, el Handbol Mallorca no se rendía fácilmente.
Apareció entonces Dani Mota, quien tuvo una oportunidad clara para empatar pero vio cómo un defensor le robaba el balón en el último momento. El cansancio empezó a hacer mella entre los isleños y poco a poco fueron cediendo terreno ante uno de los equipos más fuertes de la liga.
Pese a todo, hay que reconocer el esfuerzo del equipo balear; lucharon hasta el final pero no pudieron evitar caer por 31-27. De nuevo será cuestión de levantarse y seguir adelante.

