El miércoles, mientras muchos disfrutaban de un día cualquiera, Aina Bauzá y la francesa Axelle Pillain llegaban a las costas de Martinica. A bordo del EngieDessine-moi la High Tech, un Class40 de 12,19 metros, ambas regatistas completaron la travesía desde Le Havre en un impresionante tiempo de 18 días, 5 horas, 21 minutos y 22 segundos. No solo cruzaron el océano; también hicieron historia para la vela española.
Una aventura épica llena de desafíos
Aina no es nueva en esto. Esta es su segunda travesía atlántica, y lo hace dentro de una competición que es todo un referente en el mundo de la vela oceánica. Gracias a la beca Cap Pour Elles de Engie, logró alcanzar Fort-de France después de recorrer más de 5.000 millas náuticas sin escalas (salvo una pausa por mal tiempo). Su hazaña es aún más notable si recordamos que anteriormente había establecido un récord mundial al unir Cádiz con las Bahamas.
Sin embargo, el camino no fue fácil. El golfo de Vizcaya se convirtió en uno de los episodios más complicados para ellas. Las condiciones meteorológicas obligaron a hacer una parada en A Coruña para garantizar su seguridad. Tras una noche dura, retomaron la competición con valentía y determinación el 1 de noviembre.
A medida que se acercaban a las Azores, las tácticas fueron clave. Mientras algunos apostaron por navegar al norte y quedaron atrapados en calmas molestas, Aina y Axelle optaron por el sur. Aunque recorrieron más distancia, encontraron mejores vientos alisios que les impulsaron hacia el Caribe.
La llegada a Martinica no solo cierra una travesía complicada; reafirma que Aina Bauzá ha llegado para dejar huella en el ámbito internacional de la vela oceánica. Con cada ola superada y cada desafío enfrentado, demuestra que su pasión y dedicación son dignas de admirar.

