El pasado 27 de julio, Mavi García hizo historia al convertirse en la única española que ha ganado una etapa del Tour de Francia femenino. Hoy, aterrizó en el aeropuerto de Son Sant Joan con una sonrisa que iluminaba todo a su alrededor y un peluche que simboliza su gran logro apretado en sus manos.
Un recibimiento lleno de amor
Sus amigos y familiares la esperaban ansiosos con un cartel que decía: «¡Mavi enhorabuena!». En cuanto la vieron, corrieron hacia ella para darle un abrazo que parecía no tener fin. Pero eso no fue todo; también le regalaron un cuadro donde se la veía cruzando la meta, junto con los titulares más destacados sobre su victoria.
«Es lo más grande que he conseguido», confesó Mavi ante las cámaras, dejando claro lo importante que es este triunfo para ella. Y es que, aunque mencionó que el diploma olímpico también fue un gran hito en su carrera, esta victoria tiene un sabor especial. «Las sensaciones son muy buenas, pero nunca pensé que conseguiría una victoria en el Tour», añadió con sinceridad.
La emoción estaba palpable cuando recordó cómo se sintió al cruzar la meta: «No me lo creía. Estaba súper emocionada. Es una gesta que se me va a quedar de por vida». Con cada palabra, quedaba claro lo mucho que significaba este momento para ella.
A pesar de las preguntas sobre su futuro y una posible retirada —con 44 años está en esa etapa crucial— Mavi prefirió no entrar en detalles: «Ya hablaremos» dijo, dejando entrever un aire de misterio sobre lo que vendrá después.
A lo pronto, su agenda sigue repleta. Dentro de diez días participará en el Tour de Normandía y luego estará compitiendo en la clásica de Burdeos. También tiene planes para estar presente con la selección española tanto en el europeo como en el mundial a finales de año. «Casi no voy a poder ni descansar», comentó entre risas mientras miraba hacia adelante.