El tir de fona se encuentra de luto tras la pérdida de Nicolás García, una figura imprescindible que marcó la historia y el corazón de esta tradición. Hace unos días, Sóller se llenaba de recuerdos para despedir a este sevillano que llegó a la Isla en 1961 y que, desde entonces, hizo de su hogar un lugar donde el deporte brillara con fuerza. Con casi 90 años a sus espaldas, Nicolás fue un verdadero referente dentro del club Defensora Sollerense.
Un legado imborrable
Nicolás no solo acumuló títulos; fue seis veces campeón de Baleares y cinco veces campeón de Mallorca. Su trayectoria está llena de hitos memorables, como aquella famosa tirada en Llubí en 1977 que cambió las reglas del juego. Además, muchos recordarán cómo encendió el pebetero durante la Universiada en Palma en 1999; un momento que dejó huella entre amigos y rivales por igual.
Su marcha deja un vacío enorme en el mundo del tir de fona, una modalidad que hoy llora su ausencia pero también celebra su legado tanto humano como deportivo. Se va un grande, pero su memoria perdurará entre quienes lo conocieron y apreciaron su dedicación inquebrantable al deporte. Así es como queremos recordar a Nicolás: como el ícono que fue, siempre presente en nuestros corazones.