Gaspar Oliver Juan, presidente del Institut de l’Esport Hipic de Mallorca, está a punto de vivir un fin de semana inolvidable. La atmósfera en Son Pardo se siente eléctrica, como si todo el mundo estuviera esperando este acontecimiento que ha sido cuidadosamente planeado durante semanas y meses. «¿Qué sensaciones tengo a pocas horas del Gran Premi?», se pregunta él mismo. Y con una sonrisa mezcla de responsabilidad y alegría, responde: «Es un evento único para nosotros, nuestra carrera por excelencia».
Un legado que trasciende generaciones
Este año, Son Pardo celebra su 61 aniversario, un hito que Oliver no deja pasar desapercibido. Para él, esta instalación no es solo la más grande en Mallorca; es el corazón palpitante del deporte hípico en las Illes Balears. Se siente orgulloso al decir que desde que está bajo la responsabilidad del Consell de Mallorca, se ha convertido en una referencia ineludible.
Pero ¿qué hace al Gran Premi tan especial? Según Gaspar, «ha evolucionado a lo largo de dos siglos para convertirse en mucho más que una simple carrera histórica. Es el eje sobre el cual gira nuestro deporte; un trote vibrante y lleno de vida que sigue muy arraigado en nuestra sociedad». Esta cita no solo atrae a los amantes del caballo; es un momento donde todos los mallorquines se unen cada primavera para disfrutar juntos.
A medida que nos acercamos al centenario del evento, el Gran Premi simboliza algo profundo para los habitantes de estas islas: representa la pasión y el compromiso inquebrantable por el deporte ecuestre. Cada año vemos cómo los mejores trotones compiten en la pista y cómo el público vibra con cada movimiento. «En nuestro Instituto estamos dedicados a colaborar con la Federació Balear de Trot y escuchar las necesidades de nuestros clubes», añade Oliver.
El trabajo estratégico realizado hasta ahora es notable. Desde el IEHM han aumentado anualmente su apoyo económico; para 2025 tienen previsto destinar casi 4.8 millones de euros a potenciar tanto el trote como las instalaciones hípicas. Este esfuerzo no solo permite celebrar 78 días de carreras en Son Pardo sino también abrir sus puertas todo el año.
Y eso no es todo; los hipódromos están evolucionando constantemente. Tanto Son Pardo como Manacor han ampliado sus servicios mucho más allá del trote: ahora albergan concursos hípicos variados e incluso actividades sociales y educativas para conectar con toda la comunidad mallorquina.
Así que este fin de semana, cuando lleguemos a Son Pardo para vivir ese ambiente vibrante lleno de emoción y camaradería, recordemos lo que realmente significa el Gran Premi: una fiesta comunitaria donde todos somos parte del espectáculo.