A las 6:30 de la mañana del pasado sábado, cuando el sol aún se asomaba tímidamente por el horizonte, 8.500 ciclistas comenzaron su aventura en la decimoquinta edición de la Mallorca 312 OK Mobility. La lluvia quiso hacer acto de presencia justo antes del inicio, pero nada pudo opacar la energía que se respiraba en Playa de Muro. Con una temperatura ideal, los valientes pedalearon hacia lo desconocido, listos para enfrentarse a una jornada donde las bicicletas eran las auténticas reinas.
Récords y leyendas sobre dos ruedas
En la distancia reina de 312 kilómetros, el canadiense Adam Roberge se alzó con la victoria marcando un tiempo impresionante de 8:39:28, rompiendo el récord anterior. En el podio femenino, la italiana Michela Santini también dejó su huella al cruzar la meta en 9:49:15. ¡Qué espectáculo! No faltaron a esta cita grandes nombres del ciclismo como Alejandro Valverde y Alberto Contador, quienes compartieron su pasión con los presentes.
A medida que avanzaban los kilómetros, los primeros competidores de los 167 kilómetros llegaron a meta. David López fue quien se llevó el triunfo con un tiempo brillante de 4:38:24. Y entre las mujeres, Yéssica Pérez no dio tregua y se impuso en solitario. Cada carrera tiene su historia y aquí había muchas por contar.
No podemos olvidar a quienes compitieron en los 225 kilómetros, donde Lion Trommer demostró su talento con un tiempo notable de 6:21:47. Lucy Lee brilló en el apartado femenino, completando su recorrido en poco más de siete horas.
La Mallorca 312 OK Mobility ha conseguido reunir a ciclistas no solo locales sino también internacionales, consolidando así su esencia global. Este año se superaron los récords con 2.600 inscritos desde todos los rincones del planeta. Una verdadera fiesta sobre dos ruedas donde cada pedalada resonaba con historias y sueños compartidos.
No hay duda alguna; este evento es mucho más que una simple competición; es una celebración del amor por el ciclismo que nos une a todos. Mientras contemplamos ese colorido pelotón atravesar nuestra isla, somos testigos de cómo diferentes culturas e idiomas fluyen juntos como parte del mismo viaje hacia la meta.