La temporada 2025 no ha sido un paseo para Lewis Hamilton en su debut con Ferrari. En la reciente comida pre-navideña del equipo, el jefe de la Scuderia, Frédéric Vasseur, se sentó con los medios y dejó claro que las expectativas eran altas, pero la realidad fue otra bien distinta.
A pesar de que todos esperábamos que el siete veces campeón del mundo brillara al volante del coche rojo, lo cierto es que 2025 se ha convertido en uno de esos años para olvidar. La imagen de Hamilton junto al icónico F40 frente a la casa de Enzo Ferrari prometía magia, pero al final fue un espejismo. “Subestimamos el impacto de un cambio tan grande para él”, confesó Vasseur sin tapujos.
Reflexiones y aprendizajes en Maranello
El team principal explicó que el cambio no solo implicaba adaptarse a una nueva cultura o a comidas diferentes, sino que cada pequeño procedimiento era un reto. “Necesitamos mejorar la colaboración y entender mejor qué necesita cada piloto”, añadió Vasseur, reconociendo así parte del descalabro vivido esta temporada. Con solo un par de buenos momentos –una victoria en la sprint de China y un segundo puesto en Miami–, queda claro que hay mucho camino por recorrer.
Cabe destacar también cómo se manejaron decisiones difíciles durante el año. Ferrari optó por frenar rápidamente la evolución del SF-25 para centrarse en el coche del próximo año. “Estoy convencido de que fue lo correcto”, apuntó Vasseur, aunque admitió haber subestimado el impacto psicológico que esto tuvo en sus pilotos y todo el equipo.
A medida que miran hacia 2026, la esperanza renace entre los aficionados rojos. Las conversaciones giran ahora sobre cómo gestionar eficientemente el límite presupuestario y qué novedades introducir sin derrochar recursos desde las primeras carreras. Como dijo Vasseur: “Quien gane en Melbourne puede no ser necesariamente quien termine ganando a finales de 2026”. Sin duda, Maranello tiene trabajo por delante y una gran responsabilidad para recuperar su estatus entre los grandes.

