Todo comenzó en el corralito de las televisiones tras la clasificación del GP de Qatar. Russell, con esa sonrisa pícara que le caracteriza, compartía una anécdota sobre cómo una periodista le había contado que Lando Norris lo acusaba de haberle echado la culpa de su error en la primera curva. Y mientras tanto, allí estaba Norris, atendiendo a otra cámara pero con el radar bien abierto, listo para intervenir.
Rivales y amigos
La conversación tomó un giro inesperado; entre bromas y un poco de mala leche, se respiraba una tensión palpable. «Suena a algo que podría decir él», comentó Russell sobre las palabras atribuidas a Norris. A pesar de que Lando negaba con vehemencia la acusación y preguntaba sobre la fuente, el ambiente era casi cómico: «No puedo creer que te creas más a los medios que a mí», le soltó el piloto de McLaren con ese tono desafiante.
Russell intentó aligerar el momento diciendo que incluso había pensado en ayudar a Norris dándole rebufo en la lucha por el campeonato; eso hizo estallar las risas tensas entre los dos. Pero Norris no se quedó atrás: «Yo te pasé en la primera curva y fue mi error». Ambos empezaron a darse cuenta de que quizás todo este malentendido no tenía mucho sentido.
Al final, Russell se disculpó, aunque no parecía muy convencido. La verdad es que su relación ha tenido altibajos desde sus días compitiendo por el título en F2 en 2018. Pero mientras se preparaban para salir al desfile del domingo, parecían disfrutar del momento; riéndose juntos como si recordaran viejas batallas pero sin olvidar esas pequeñas rencillas del pasado.

