El Gran Premio de Las Vegas ha sido el último capítulo de una historia que, lamentablemente para Lewis Hamilton, no tiene el desenlace soñado. Después de un año lleno de altibajos y decepciones, el piloto británico se enfrenta a una realidad dura: no ha conseguido subirse al podio ni una sola vez. Es un momento complicado para un siete veces campeón del mundo que, tras cruzar la meta en octava posición en Las Vegas, expresó su frustración con sinceridad: «Es la peor temporada de mi vida».
Un viaje lleno de desilusión
La clasificación del sábado fue el preludio de lo que estaba por venir. Partiendo desde el puesto 19, Hamilton sabía que iba a ser un reto casi imposible. A pesar de las dificultades, parecía que había esperanza cuando afirmó que su Ferrari se veía fuerte en seco. Sin embargo, el resultado fue claro y contundente: se convirtió en el primer piloto de Ferrari en clasificar último desde 2009. Una marca nada deseada.
Hoy es un día a recordar o a olvidar, dependiendo del cristal con que se mire. Justo hace un año, Hamilton celebraba su último podio al finalizar segundo tras remontar desde la duodécima posición. Desde entonces, todo ha ido cuesta abajo. «He intentado todo lo posible dentro y fuera del coche», confesó mientras sus palabras resonaban en los corazones de los aficionados.
A medida que la temporada se acerca a su fin y con solo Catar y Abu Dabi por delante, muchos temen por la posibilidad real de que Hamilton termine su carrera sin subir al podio ni una vez este año. Si hay algo positivo es que tiene la racha más larga de temporadas consecutivas subiendo al estrado: ¡18! Pero ahora esa marca pende de un hilo.
Con 41 años y mirando hacia el futuro, las nuevas normativas para 2026 podrían ofrecerle otra oportunidad para brillar nuevamente. Jenson Button lo resumió bien: “Si tiene una mala carrera, es muy bueno para revertirlo en la siguiente”. Y así seguimos esperando si este ícono del automovilismo encontrará alguna forma de levantarse entre tanto tropiezo.

