El Gran Premio de Brasil ha traído consigo una lluvia de expectativas sobre lo que nos espera en la Fórmula 1 de 2026. Los rumores corren como la pólvora, y es que se avecinan cambios significativos: nuevos chasis, motores más potentes y una entrega eléctrica que promete revolucionar el deporte. Pero Fernando Alonso, siempre con su mirada crítica y sabia, cree que no todo será tan drástico como muchos piensan.
¿Una revolución necesaria?
En medio del bullicio y las luces brillantes de Interlagos, Alonso compartió su perspectiva sobre esta transformación. “No creo que haya diferencias abismales en el rendimiento del coche”, afirmó con confianza. Para él, al final del día, seguimos hablando de carreras contra el cronómetro y contra rivales. Aunque sí reconoció que ciertos aspectos cambiarán: “Quizás habrá un poco menos de agarre”, refiriéndose a la eliminación del efecto suelo actual.
Pero claro, hay matices importantes. La posibilidad de adelantamientos se ha convertido en un tema crucial para los pilotos. “La única duda que tengo es cómo afectará esto realmente”, comentó Alonso mientras reflexionaba sobre las nuevas dinámicas en las pistas. En su mente, el DRS podría volverse un arma de doble filo si no se gestiona bien la energía durante las carreras.
A medida que se acerque la temporada, todos los equipos están afinando sus estrategias. Con un personal altamente capacitado detrás de cada escudería, la preparación será clave para triunfar desde la primera carrera del año. Alonso está convencido: “Todos estarán muy bien preparados”. Y aunque aún queda camino por recorrer antes de ver estos coches rugir por primera vez en pista real, las expectativas siguen creciendo entre aficionados y expertos por igual.

