Carlos Sainz ha aterrizado en el Autódromo José Carlos Pace, listo para enfrentar el Gran Premio de Sao Paulo. Aunque comenzó la semana con mal pie, pues no pudo estar presente el jueves por un virus que lo dejó indispuesto, ahora está de vuelta y preparado para darlo todo en la pista. El madrileño llegó con dolor de garganta y fiebre, pero su espíritu competitivo es más fuerte que cualquier contratiempo.
Expectativas en un circuito icónico
Este Gran Premio es especial para él y para Williams. “Tengo muchas ganas de pisar un circuito tan icónico, donde todo puede pasar”, decía Sainz mientras se preparaba para el fin de semana. Este año, Williams cambiará su decoración habitual por los colores vibrantes del famoso patrocinador Gulf, un guiño al pasado que emociona a los aficionados. No obstante, hay que tener ojo: si algo le sucediera a Sainz, el equipo tiene a su joven promesa Luke Browning listo para saltar al monoplaza.
Aunque el inicio no fue fácil, la ambición y las ganas de superarse siguen intactas. En este trazado brasileño, Sainz logró su primer podio en Fórmula 1 y busca repetir ese éxito. Cada carrera es una nueva oportunidad y él está decidido a aprovecharla al máximo. La adrenalina se siente ya entre los equipos y aficionados; todos esperan ver qué sorpresas les traerá esta edición del GP de Brasil.

