En el mundo frenético de la Fórmula 1, donde los coches rugen y los pit stops son cuestión de milésimas, un exmecánico ha sacudido las redes sociales al desvelar lo que realmente cobran estos profesionales del volante. La polémica estalló tras una parada fallida de Lando Norris en el Gran Premio de Italia, donde muchos criticaron a los mecánicos por recibir sueldos que parecían disparatados.
Calum Nicholas, quien trabajó con el equipo Red Bull, se atrevió a poner las cartas sobre la mesa. Según él, el salario promedio para un técnico en este deporte es de aproximadamente 75.000 euros al año. Sí, has leído bien: 75.000 euros. Pero eso no es todo; estos valientes trabajan unas impresionantes 70 horas semanales, volando en clase turista y sin ningún extra por formar parte del espectáculo que todos admiramos.
Una realidad distinta detrás del glamour
A pesar de que su primer sueldo fue solo 50.000 euros, Calum expresa que sentirse parte del circo de la F1 le hizo sentir como si hubiera ganado la lotería. Sin embargo, hay un abismo salarial entre ellos y los pilotos. Mientras un mecánico se contenta con decenas de miles, figuras como Max Verstappen están recibiendo entre 65 y 75 millones de dólares anuales. Incluso Lando Norris ingresa unos nada despreciables 20 millones.
No podemos olvidar que roles como el jefe de equipo tienen salarios mucho más altos debido a sus responsabilidades críticas en cada carrera. Son quienes coordinan todo lo relacionado con la estrategia durante esos segundos cruciales.
Ciertamente, esta revelación no solo pone en perspectiva el esfuerzo detrás del glamour sino que también muestra cómo, aunque todos comparten la misma pista, las diferencias salariales son tan evidentes como una bandera a cuadros ondeando al final de una carrera.