La reciente carrera en Italia dejó a Aston Martin con más preguntas que respuestas. La rotura de la suspensión del AMR25 de Fernando Alonso, cuando parecía que podía sumar puntos valiosos, ha encendido las alarmas en la fábrica de Silverstone. Y es que, mientras Alonso se encontraba en boxes, la frustración era palpable. El equipo sabe que en la Fórmula 1 no hay milagros, y eso lo repite su ingeniero jefe, Mike Krack.
La montaña rusa de emociones en Monza
A pesar de las expectativas puestas en esta temporada, el 2025 ha sido un camino lleno de baches para Alonso. “Hemos perdido entre 25 y 30 puntos”, compartía ante los medios, reconociendo que si esta situación persiste, sus sueños de título se desvanecen. En Monza, el piloto español brilló con una gestión magistral durante la carrera; sin embargo, el destino le jugó una mala pasada cuando su coche decidió romperse justo cuando todo marchaba sobre ruedas.
El AMR25 estaba mostrando un rendimiento notable a pesar de ser más lento que sus competidores directos. Alonso había conseguido realizar una clasificación impresionante y estaba listo para luchar por posiciones destacadas. Pero llegó la rotura y con ella otra oportunidad perdida. “Empujaba, deslizaba”, describió Gabriel Bortoleto, uno de sus pupilos y testigo del espectáculo que ofreció el asturiano.
Aston Martin ahora enfrenta una investigación interna para desentrañar los misterios detrás de tantos fallos inexplicables: desde problemas con la refrigeración hasta situaciones surrealistas como la ocurrida este fin de semana. “El coche viajará a la fábrica para analizarlo a fondo”, comentó Krack al respecto.
En este deporte lleno de presión y competencia feroz, cada error cuenta. Y aunque nadie quiere señalar culpables sin pruebas claras, los rostros largos dentro del equipo hablan por sí solos. Aún así, Alonso mantiene una actitud optimista: “No necesito un buen rendimiento; necesito puntos”. Y es cierto: esa es la esencia pura del automovilismo.
Con miras hacia Bakú y un futuro incierto por delante, Alonso sigue esperando ese golpe de suerte tan necesario para volver a estar donde pertenece: luchando por victorias y títulos. “Creo mucho más que antes”, dice convencido mientras se aferra a cada pequeña mejora del equipo.
Monza fue solo otro capítulo más en esta intensa novela llamada Fórmula 1.
Ahora solo queda esperar cómo se desarrollan los acontecimientos.