El pasado domingo, el Gran Premio de Austria dejó a Yamaha con una sensación amarga y un sabor a decepción que nadie puede ignorar. En el famoso Red Bull Ring, sus cuatro pilotos cruzaron la meta en los últimos lugares, a más de 25 segundos del ganador, Marc Márquez. Para colmo, la diferencia con el australiano fue aún más abultada: ¡37 segundos! Sin duda, un espectáculo lamentable.
Un bochorno que se repite
Este circuito no es precisamente el favorito de Yamaha. A lo largo de los años, hemos visto cómo esta marca ha tenido momentos realmente vergonzosos aquí. Recuerdo aquella vez en que Valentino Rossi no pudo ni pasar la Q1 y tuvo que escuchar las disculpas del director técnico por el desempeño patético de sus motos. Y este fin de semana, esos fantasmas volvieron a asomar.
Fabio Quartararo, Álex Rins, Miguel Oliveira y Jack Miller terminaron en los últimos cuatro puestos como si fueran simples espectadores de una carrera ajena. Quartararo no se contuvo al expresar su frustración: «Es inaceptable ver cuatro Yamahas en los últimos cuatro puestos. Es ridículo». Con esas palabras nos deja claro lo que siente; incluso confesó que su único adelantamiento fue a otra M1… ¡la de Miller!
Aunque no podemos decir que la M1 sea ahora una moto inofensiva, ya hemos visto brillar al campeón mundial de 2021 en otras ocasiones. Este año logró poles y un segundo puesto en Jerez; sin embargo, parece que aquí las cosas simplemente no funcionan. Y para colmo, los neumáticos traseros proporcionados por Michelin tampoco ayudaron.
Yamaha cierra la jornada como la última escuadra en Constructores con solo 134 puntos. Es hora de cambiar las tornas antes del próximo gran desafío en Balaton Park. La afición está expectante y espera una reacción contundente después del desastre vivido en Austria.