El Gran Premio de Austria se convirtió en un nuevo capítulo de incertidumbre para Pecco Bagnaia, quien, visiblemente frustrado, no dudó en pedir explicaciones a su equipo, Ducati. En el icónico Red Bull Ring, donde la marca ha celebrado ya diez victorias en MotoGP, el ambiente era festivo para muchos, pero no para él. El piloto turinés está pasando por un momento complicado y dejó claro que su paciencia se está agotando.
Palabras de apoyo desde Ducati
Ducati, sin embargo, no se lo tomó a la ligera. Gigi Dall’Igna habló con calma sobre la situación: “Es normal sentirse desilusionado cuando esperas más de ti mismo”, decía. A pesar del clima tenso, resaltó que su misión es ayudar a Bagnaia a recuperar su mejor forma. “Estamos aquí para apoyarlo y volver a ganar juntos”, afirmó con determinación.
La presión puede ser abrumadora y Dall’Igna sabe que hay factores psicológicos en juego. “Cuando algo falla, entramos en una espiral negativa”, confesó. Pero él cree firmemente que deben mantener una actitud positiva: “Pecco había brillado durante los entrenamientos; luego ocurrió ese problema con el neumático y todo se complicó”.
Por su parte, Davide Tardozzi también salió al paso defendiendo al joven talento: “Es una lástima lo que le pasó; esperaba verlo en el podio”, aseguraba con fervor. La confianza en las capacidades de Bagnaia permanece intacta entre sus compañeros: “Necesitamos encontrar el equilibrio adecuado para que pueda mostrar todo su potencial”. No es solo cuestión de suerte; Tardozzi entiende que hay múltiples variables involucradas.
A pesar de los tropiezos recientes, ambos directivos insisten: “No vamos a dejarlo solo”. Las palabras son contundentes y reflejan una creencia inquebrantable en el piloto que ya ha demostrado ser campeón del mundo. Su velocidad sigue ahí; es solo cuestión de tiempo antes de retomar el rumbo correcto.