El ambiente se respiraba tenso en Uddevalla, donde el Mundial de motocross (MXGP) nos ha dejado momentos que no olvidaremos fácilmente. Romain Febvre, el líder indiscutible, ha demostrado una vez más por qué está tan cerca de conquistar su segundo título consecutivo. Con un fin de semana perfecto bajo el sol sueco, Febvre no solo ganó, sino que dejó claro que la competencia está lejos de alcanzarlo.
Por otro lado, nuestro compatriota Rubén Fernández tuvo un día sólido, terminando séptimo en una clasificatoria marcada por la valentía y determinación del piloto francés. La carrera fue un reflejo del carácter competitivo del motocross: mientras algunos luchaban por mantenerse a flote, otros se lanzaban al ataque sin mirar atrás.
Un fin de semana lleno de emociones
Desde el inicio, quedó claro que Febvre tenía la victoria en mente. No pasó mucho tiempo antes de que se hiciera con el ‘holeshot’, dejando atrás a sus rivales como si fueran parte del decorado. Lucas Coenen, por su parte, tuvo un inicio complicado y se vio atrapado en la posición 16 durante gran parte de la carrera. Sin embargo, su lucha no fue en vano; logró escalar hasta la séptima plaza al final.
La segunda carrera trajo consigo más dramatismo y emoción. Al igual que en la primera ronda, Febvre tomó las riendas desde el principio, pero hubo giros inesperados cuando Gifting le robó momentáneamente la gloria antes de caer y dejarlo nuevamente al mando. La competencia es feroz y cada punto cuenta; así lo saben muy bien los pilotos que están dispuestos a darlo todo hasta la última vuelta.
Con esta nueva victoria, Febvre amplía su ventaja sobre Coenen a 41 puntos y acaricia ese anhelado bicampeonato. Mientras tanto, nuestros ojos siguen puestos en Fernández quien continúa mostrando su valía al estar entre los seis primeros del campeonato. El motocross es impredecible y emocionante; cada carrera nos deja con ganas de más.