El Gran Premio de Hungría, celebrado el pasado fin de semana, marcó un nuevo capítulo para Franco Colapinto. La Fórmula 1 entró en su parón veraniego, pero el Hungaroring se convirtió en un escenario crucial para probar los neumáticos Pirelli de cara a 2026. En este evento, donde equipos como Alpine, McLaren y Ferrari brillaron, nuestro protagonista tenía la tarea de abrir la jornada del miércoles.
Un accidente desafortunado
Sin embargo, el destino le tenía preparado un revés. En una curva 11 traicionera, Colapinto sufrió un fuerte impacto que lo llevó al centro médico. Afortunadamente, desde Alpine fueron claros: «Franco se encuentra bien; solo fue un susto». A pesar del buen pronóstico, su día terminó abruptamente; solo pudo dar 25 vueltas cuando otros competidores alcanzaron hasta 140 giros.
El fin de semana no fue sencillo para él. Aunque había demostrado ser más rápido que su compañero durante la clasificación y logró avanzar a la Q2, las cosas se torcieron en carrera. Al final, tuvo que conformarse con una decepcionante 18ª plaza. «Creo que hemos dado un gran paso adelante con el coche», reflexionó Colapinto tras la carrera. Pero entre banderas azules y tiempos perdidos en boxes, sus posibilidades quedaron limitadas.
Así es este mundo frenético de la Fórmula 1: lleno de emociones y desafíos imprevistos que ponen a prueba no solo a los coches sino también al espíritu de los pilotos.