La atmósfera que rodea a Lewis Hamilton se siente pesada, como si el aire estuviera cargado de incertidumbre. Con cada carrera, el siete veces campeón del mundo parece hundirse un poco más. La última vez que le vimos, en el GP de Hungría, terminó en un decepcionante 12º puesto y su estado de ánimo no podía ser más sombrío. «Soy un inútil», fueron sus palabras desgarradoras que resonaron en los medios británicos, dejando claro que ya no se siente el rey de la pista.
Reflexiones sobre el futuro
Las voces expertas no tardaron en alzar la voz. Martin Brundle, reconocido comentarista de ‘Sky Sports’, dejó caer una bomba: «No lo veo aguantando dos temporadas más así». Y es que con cada carrera sin resultados positivos, la pregunta se hace más presente: ¿realmente tiene ganas de continuar? Este es un momento crucial para él; las vacaciones de verano podrían ofrecerle ese respiro necesario para reflexionar y recuperar algo del brillo que solía tener.
Pero las dudas persisten. En medio de esta tormenta emocional, Hamilton ha optado por mantenerse alejado incluso cuando las cosas se complican sobre la pista. Su negativa a asistir a una reunión posterior a un incidente con Verstappen habla volúmenes sobre su estado actual; prefirió evitar cualquier confrontación y eso solo alimenta las especulaciones sobre su futuro.
Algunos incluso se atreven a sugerir que podría no volver tras el parón veraniego. Sin embargo, otros apuntan que hay algo importante en juego para 2026: nuevos diseños y motores podrían cambiar radicalmente las reglas del juego. La pregunta queda en el aire: ¿será suficiente para motivar a Hamilton a seguir luchando por su legado o está realmente considerando tirar la toalla?