En el Gran Premio de Hungría, la carrera no fue precisamente un paseo para Carlos Sainz. El piloto madrileño terminó en una decepcionante 14ª posición después de un fin de semana complicado. Como él mismo confesó, «hoy no se podía hacer más». Y es que, entre incidentes y decisiones difíciles, parece que este GP fue más bien un desafío constante.
Un fin de semana para olvidar
Sainz vivió una jornada llena de sorpresas y no precisamente agradables. Con una estrategia que parecía prometedora al principio, la realidad fue otra. En Williams decidieron salir con neumáticos blandos tanto él como su compañero Albon, una decisión que dejó a muchos rascándose la cabeza. La lluvia tan esperada nunca llegó y las condiciones cambiaron radicalmente lo que había planeado.
Tras la carrera, Sainz reflexionaba sobre su actuación: «Intentamos hacer dos paradas, pero cuando vimos que todos estaban optando por una sola parada, decidimos adaptarnos». Sin embargo, los problemas no cesaron; un incidente con Gasly le costó valiosos puntos en la recta final. «No puedo entender lo que pasó», decía frustrado. «Estábamos peleando por el 13º puesto y él perdió el control en la curva 2; me sacó fuera».
Las sensaciones generales son difíciles de digerir para el piloto español: «Sinceramente, ha sido un fin de semana malo. Hemos tenido días donde el coche daba para mucho más y hemos dejado escapar oportunidades», comentaba con resignación. De cara a la segunda mitad del año, Sainz sabe que deben cambiar esa tendencia si quieren aspirar a algo más significativo.