En el Gran Premio de Hungría, Carlos Sainz se encontró en una situación complicada. A pesar de haber logrado una de sus mejores clasificaciones con Williams, partió desde la 13ª posición, una realidad que no refleja del todo el esfuerzo realizado. La calificación tuvo lugar en un circuito que históricamente ha sido un verdadero quebradero de cabeza para el FW47. El piloto español, aunque satisfecho por haber llegado a la Q3, expresó su frustración por no obtener más resultados.
Un fin de semana complicado
Sainz comentó: «Estoy contento por haber pasado a la Q3 y conseguir el 13º puesto en parrilla, pero realmente no era posible aspirar a más en este circuito tan complicado para nosotros». Durante toda la jornada del sábado, las cosas no salieron como se esperaba. «El equipo tenía esperanzas tras las actualizaciones recientes, pero nos encontramos fuera de los 15 mejores coches durante gran parte del fin de semana», admitió con sinceridad.
A pesar de todo, Sainz decidió centrarse en lo positivo: “Logré encontrar buen agarre y algunas buenas vueltas cuando era necesario”. Sin embargo, también reconoció la paradoja de hacer una gran clasificación y aún así terminar lejos del top ten. Se mostró realista ante lo que podría venir: «Si llueve, podríamos tener alguna oportunidad; pero sin eso, creo que será difícil puntuar».
Aún con esa pizca de esperanza relacionada con la lluvia –que siempre puede cambiar las reglas del juego– Sainz sabe que tiene un camino difícil por delante. «Este año ha sido frustrante», confesó mientras se preparaba para enfrentar la segunda mitad de la temporada. No le queda más que seguir trabajando duro y ver qué sucede en las próximas carreras.