El Gran Premio de Austria nos dejó una de esas escenas que se quedan grabadas a fuego en la memoria. Desde el mismo arranque, la tensión se palpaba en el aire. Apenas habían dado la señal de salida cuando Carlos Sainz ya estaba fuera del juego, dejando al público boquiabierto. Pero lo peor estaba por llegar y fue nada menos que una colisión entre dos grandes: Max Verstappen y Andrea Kimi Antonelli.
Un inicio caótico y desafortunado
Apenas empezaba la carrera en Spielberg cuando Oscar Piastri hizo un movimiento audaz contra Charles Leclerc, pero el verdadero drama se desarrollaba más atrás. Mientras los pilotos luchaban por posicionarse, Antonelli decidió ser demasiado agresivo en una frenada, lanzando su Mercedes como un proyectil directo hacia Verstappen. La reacción del piloto neerlandés fue inmediata: «Me han golpeado. Estoy fuera, chicos. Estos locos idiotas», soltó por la radio con visible frustración.
El impacto fue devastador para ambos pilotos y especialmente doloroso para Max, quien ve cómo sus esperanzas en este Mundial se desvanecen poco a poco. Aunque Antonelli se disculpó diciendo que su trasera se bloqueó, lo cierto es que su acción cambió completamente el rumbo de la carrera y dejó a Verstappen con otro mal resultado sobre sus hombros.
Este tipo de incidentes no solo generan controversia entre los aficionados; también plantean serias preguntas sobre cómo algunos pilotos manejan la presión en momentos clave. Veremos qué sanción le espera a Antonelli después de esta locura en pista, pero lo que está claro es que Max ha salido muy tocado de este episodio. El camino hacia el título cada vez parece más empinado.