El Gran Premio de Austria dejó a Fernando Alonso con un sabor agridulce, pero sobre todo lleno de expectativas. Con un séptimo puesto que sabe a victoria, el asturiano ha demostrado que su paso por la pista fue más que una simple carrera; fue una exhibición de inteligencia y estrategia. “Hoy ha sido como una contrarreloj sin relevo, siguiendo la rueda de Lawson todo el tiempo”, confesó el piloto tras la competencia.
Una carrera memorable
A pesar de no tener el ritmo ideal, la cabeza fría de Alonso le permitió adaptarse a las circunstancias. “De la curva 4 a la 9 me lo tomaba como si fuese una crono”, explicó, mostrando esa habilidad innata para aprovechar cada oportunidad. Y no solo eso; también tuvo un emocionante duelo con su pupilo Bortoleto, al que finalmente superó y abrazó al final de la carrera. “Cuando vi la bandera azul de Lando me motivé y dije: hay que defenderla como sea”, recordó con entusiasmo.
Sumando ya 14 puntos en tres carreras consecutivas dentro del top-10, Alonso ha recortado distancias con su compañero Lance Stroll, quien había acumulado ventaja en las primeras pruebas del campeonato. Este resultado no solo es crucial para él sino también para el equipo Aston Martin, ya que se enfrentan a desafíos constantes en cada fin de semana.
Con optimismo en sus palabras, Fernando afirmó: “Este año ha sido complicado y necesitamos mejorar. En Silverstone traeremos algunas piezas nuevas para evaluar”. Sin duda alguna, estos próximos meses prometen ser intensos e interesantes en el mundo de la Fórmula 1.