En el Gran Premio de Austria, Fernando Alonso vivió uno de esos momentos que a muchos nos hace reír y a otros les duele un poco el corazón. El asturiano, que ya había anticipado que podría tener dificultades en la pista, se encontró con una curva traicionera justo cuando se preparaba para darlo todo. A pocos metros del Campus Tecnológico del equipo British Racing Green, intentó calentar neumáticos blandos, pero lo que ocurrió fue más bien un pequeño desastre.
Un giro inesperado
La escena era curiosa. Alonso estaba circulando lentamente por la última curva, intentando salir disparado para marcar una buena vuelta. Sin embargo, los neumáticos fríos le jugaron una mala pasada y perdió el control de su Aston Martin. En un instante, vio cómo su coche rozaba el lateral y sintió ese susto monumental que todos tememos al volante. «Vale, es la peor vuelta de preparación que podemos hacer. Mejor hacerlo en la FP1», dijo entre risas por la radio, mostrando su característico humor incluso en los momentos difíciles.
No es la primera vez que Alonso pasa por esto este año; recordemos su trompo en Japón o sus sustos en Australia tras chocar con la grava. En este circuito verde también sufrieron otros pilotos como Verstappen o Hamilton con problemas mecánicos. Pero lo cierto es que estos pequeños tropiezos son parte del espectáculo y añaden anécdotas a esta apasionante temporada.
Así las cosas, Alonso volvió a retomar el ritmo después de este percance. Aunque notó cierta inestabilidad en su monoplaza durante toda la sesión, no cabe duda de que sigue luchando por esa ansiada posición en el podio. El Red Bull Ring puede ser caprichoso, pero él siempre encuentra maneras de adaptarse.