El pasado fin de semana, las 24 Horas de Le Mans cerraron su telón, dejando a los amantes del automovilismo con el corazón en un puño. Esta prueba es conocida como una de las más duras del mundo, y Lorenzo Fluxá, un joven piloto de Palma nacido en 2004, volvió a demostrar su valentía al completar la carrera por segundo año consecutivo. A pesar de que este año terminó en octava posición, hay que recordar que el año pasado se vio obligado a retirarse mientras lideraba la categoría LMP2.
Una lucha constante contra la adversidad
Al regresar a Mallorca, Lorenzo compartió con nosotros lo complicado que fue todo: «La carrera fue dura desde el principio. Uno de mis compañeros tuvo un incidente al poco tiempo de empezar y ya estábamos nadando contracorriente. La suerte no estaba de nuestro lado». A pesar del potencial del coche, la realidad es que cada carrera tiene sus sorpresas y esta no fue la excepción. Para él, lo más importante era sobrevivir: «Lo logramos», añadía con una sonrisa.
Aunque empezaron con algunos problemas en el primer stint que perjudicaron al equipo, Lorenzo sabía que había poco margen para recuperarse: «Nuestra única opción era esperar un Safety Car, pero siempre parece que aparece cuando menos lo necesitas». Y así fue; sólo hubo uno durante toda la carrera. Esto significa estar siempre al 100%, sin posibilidad de relajarse ni un segundo.
Lorenzo también destacó lo crucial que es prepararse física y mentalmente para una prueba tan exigente como esta: «Cuando te toca correr por la noche, tienes que estar completamente centrado». Él sabe bien cómo funciona esto; a las dos de la mañana le tocó subirse al coche y alcanzar velocidades increíbles mientras su cuerpo pedía descanso.
A pesar del cansancio acumulado durante horas de competición, se sintió emocionado por conducir bajo las estrellas: «Las primeras vueltas son espectaculares; pero luego se vuelve complicado mantener el enfoque». En su caso particular, tuvo turno entre las dos y las cinco de la mañana: «Es duro estar alerta cuando solo quieres cerrar los ojos», confesó.
Además mencionó los fallos mecánicos como algo habitual en estas carreras: «El año pasado tuvimos que retirarnos por un fallo técnico cuando íbamos líderes; eso me ha enseñado a ser cauteloso».
Aun así, siempre existe esa magia especial en Le Mans: «Se dice que ‘Le Mans elige al ganador’, porque hay tantas variables… es realmente hermoso». Ahora sus ojos están puestos en las próximas 4 horas de Imola dentro del European Le Mans Series donde ocupan el quinto lugar en clasificación. ¿Y qué hay del futuro? Lorenzo no duda en afirmar: «Voy a hacer todo lo posible para volver; competir aquí es un sueño hecho realidad».