En una jornada que parecía destinada a ser más de lo habitual, Dani Sordo ha vuelto a brillar en el mundo de los rallyes. Lo hizo de manera inesperada, aprovechando una penalización que cayó sobre su amigo y rival Kris Meeke, quien había cruzado la meta primero pero no pudo evitar la sanción de 15 segundos que le costó la victoria en el Rally Castelo Branco del Campeonato Portugués (CPR).
Un triunfo significativo en tiempos complicados
Este triunfo tiene un sabor especial para Sordo, un cántabro que ha tenido un recorrido impresionante en el automovilismo. En su primera temporada sin un programa mundialista después de más de dos décadas, volvió a subirse a lo más alto del podio tras varios meses sin celebrar una victoria. Su último triunfo había sido hace algunos meses en casa, durante el Memorial Cristian López.
A pesar de las dificultades que ha enfrentado este año con Hyundai, donde las cosas no han ido del todo bien y su coche aún no se adapta a las nuevas actualizaciones, Sordo logró destacar. Al finalizar la carrera, confesó que tenía sus dudas sobre si podría competir este año en alguna cita del WRC debido a las decisiones de su equipo. Sin embargo, enfocarse en el CPR le permitió sacar lo mejor de sí mismo.
Y es que esta victoria representa mucho más que un simple trofeo; simboliza una esperanza renovada para él y para Hyundai. En un año donde todavía no han logrado ganar ningún rally del Mundial y ante los rumores sobre posibles cambios dentro del equipo coreano, Dani podría utilizar este triunfo como trampolín hacia nuevas oportunidades. Quizás sea momento de buscar alianzas con otros equipos o convertirse en una pieza clave para ayudar a pilotos como Tanak o Neuville.
Sordo sabe que está viviendo tiempos delicados tanto para él como para Hyundai y su futuro dentro del WRC sigue siendo incierto. Pero este éxito llega como un soplo de aire fresco, recordándonos que nunca hay que perder la fe ni dejarse vencer por las adversidades.