El Gran Premio de Canadá se convirtió en un auténtico escaparate para Fernando Alonso, quien, con una sonrisa en el rostro, no ocultó su ambición: «Espero estar cuarto o quinto en un par de horas». Tras una carrera llena de adrenalina y estrategia, el asturiano finalizó séptimo, pero su mirada estaba fija en mejorar ese resultado. La suerte estuvo de su lado cuando otros competidores, como Lando Norris, se autodestruyeron a pocos giros del final.
Un fin de semana prometedor
Alonso brilló durante toda la carrera y dejó claro que las mejoras en su Aston Martin le han dado alas. “Han adelantado con coche de seguridad y eso no puede ser negociable”, insistió ante los comisarios. Con esa frase cargada de determinación subrayó la importancia de respetar las normas: “Si adelantas con bandera amarilla y el volante lleno de avisos del coche de seguridad, tendría que existir alguna penalización”. Y así lo espera; es un mensaje directo al panel que debe decidir si su esfuerzo merece más recompensa.
A pesar del ritmo algo irregular durante la carrera, Alonso reflexionó sobre lo vivido: “Ha sido un buen fin de semana. La ‘crono’ fue fundamental y tuvimos que adelantar a coches con otras estrategias”. Aun así, sabe que debe mejorar: “El ritmo no era tan bueno como en la qualy; tenemos que trabajar para que los domingos sean igual de fuertes”. Las esperanzas están puestas ahora en Silverstone, donde confía en seguir sumando puntos y quizás recibir nuevas piezas para su monoplaza.
Con ese análisis profundo que siempre le ha caracterizado, también lanzó un mensaje a sus rivales: “Hay pilotos frustrados por hacer tres o cuatro veces quintos. No se han quedado nunca fuera de la Q1 ni han roto 12 motores esta temporada. Debes ser fuerte mentalmente”, concluyó. En este deporte extremo no todo es lo que parece; no siempre ganan los mejores, sino aquellos que saben gestionar cada detalle.