El Gran Premio de Canadá nos volvió a ofrecer una dosis de lo que mejor sabe hacer Fernando Alonso: mostrar su personalidad arrolladora y su capacidad para tomar decisiones en plena pista. En esta ocasión, el asturiano se encontró con una sugerencia desde el muro que simplemente no le encajó. Su ingeniero, Andrew Wizard, le pidió que fuera más suave en las curvas 3 y 8. Pero claro, Alonso no es de los que se quedan callados ante este tipo de órdenes. “Estoy corriendo, no entrenando”, respondió con la claridad que lo caracteriza.
Un espectáculo de talento y estrategia
A pesar del tono serio del mensaje, esto no afectó a un Alonso decidido a seguir adelante. Mientras adelantaba a Tsunoda y pasaba a Carlos Sainz justo antes de la última curva, demostraba que estaba allí para competir y no para jugar. Esas maniobras lo llevaron nuevamente al camino de los puntos en un día donde otros pilotos parecían estar luchando más contra sus coches que contra sus rivales.
Mientras tanto, Charles Leclerc estaba teniendo su propia batalla con Ferrari. “No entiendo la parada, no lo entiendo”, gritaba frustrado por la radio. Por otro lado, Alex Albon también hizo sentir su voz: “Creo que no me escucháis”. Con todo este barullo alrededor, Alonso logró mantener su rumbo claro y estable dentro del top 10 gracias a un AMR25 que ha mejorado notablemente desde el inicio de la temporada.