El Gran Premio de Canadá ha traído consigo la sonrisa de Fernando Alonso, aunque no sin una buena dosis de realismo. En Montreal, donde las curvas son un desafío constante, el piloto asturiano se mostró optimista tras un viernes complicado. Con esa chispa que le caracteriza, comentaba sobre su monoplaza: “El coche se siente bien, pero este circuito no es nada fácil”. Y claro, hay que reconocer que tiene toda la razón.
Un circuito lleno de sorpresas
Alonso sabía que clavar una vuelta perfecta aquí era como buscar una aguja en un pajar. “Es difícil adivinar dónde estaremos”, confesó entre risas. Hablando de la última curva, explicó cómo es todo un 3 de 10 en cuanto a dificultad y cuán complicado puede ser completar cada giro con precisión. “Hay que intentarlo muchas veces”, añadió con sinceridad.
A medida que se acerca la clasificación del sábado, el piloto también destacó la importancia de mantener la concentración y tener algo de suerte para encontrar ese momento ideal para salir a pista. “Los neumáticos tardan en calentarse y luego aparece el ‘graining’”, compartió con cierta preocupación. Este tipo de detalles marcan la diferencia en un deporte tan exigente.
No obstante, Fernando no pierde el ánimo y mantiene su espíritu competitivo intacto. Las sesiones iniciales pueden parecer menos importantes, pero él sabe que cada minuto cuenta para adaptarse a las condiciones cambiantes del asfalto. Como él mismo dijo: “La pista va mejorando a lo largo del fin de semana”, y eso siempre trae nuevas oportunidades para brillar.