El Gran Premio de Aragón ha sido el escenario perfecto para que Pecco Bagnaia, el tricampeón del mundo, se reencontrara con su mejor versión. Después de un sábado complicado donde acabó en la 12ª posición y sin puntuar en el Sprint de MotoGP, el domingo fue completamente diferente. Con una simple modificación en sus discos de freno, que pasaron de 340 mm a unos más ventilados de 355 mm, Bagnaia comenzó a mostrar su verdadero potencial y terminó subiendo al tercer escalón del podio.
La clave del cambio
“Lo que realmente deberíamos cuestionar es qué pasó el sábado”, reflexionaba Pecco después de la carrera. “Me costó muchísimo ser competitivo, pero desde el warm-up del domingo sentí que podía controlar mejor la moto”. Esa leve modificación le permitió frenar más fuerte y controlar su ritmo en carrera. Aunque no logró alcanzar a Álex Márquez, se sintió satisfecho por poder seguirle durante varias vueltas. “Me alegra ver cómo Álex ha mejorado; ya no comete errores bajo presión”, admitía con admiración.
A pesar de estos avances, Bagnaia fue honesto sobre la situación actual: “No creo que haya encontrado la solución definitiva a mis problemas de sensaciones”. Sin embargo, destacó lo importante que era este pequeño triunfo: “Hemos perdido puntos en el campeonato, pero hemos ganado confianza”, decía con una sonrisa. Para él, este tercer puesto significaba mucho más que otros logros anteriores; era como un respiro después de momentos difíciles.
Con vistas al próximo Gran Premio en Mugello, Pecco sabe que tiene trabajo por delante: “Quiero llegar allí con opciones reales de luchar por la victoria”. Y aunque reconoce la superioridad actual de Marc Márquez y su hermano Álex, mantiene viva la esperanza y las ganas de seguir aprendiendo y mejorando.