En la última parada del GP de Aragón, Marc Márquez demostró una vez más por qué es conocido como Míster Perfecto. Desde el primer giro hasta el último, su dominio fue absoluto. No solo se llevó la victoria en la carrera larga y el Sprint, sino que también logró su cuarto pleno de puntos del año, acumulando los 37 puntos en juego. Ya lo había hecho antes en Tailandia, Argentina y Qatar. Con esta octava victoria en Motorland, se acerca al récord absoluto, dejando atrás a todos sus rivales.
La Maestría de un Campeón
Pero hablemos de algo más allá de las cifras; detrás de esa victoria hay un camino lleno de retos. Recordemos que Márquez tuvo caídas duras en Texas y Jerez, momentos que no son fáciles de olvidar. Sin embargo, con una claridad impresionante afirmó: «Estoy muy contento porque para luchar por el Mundial no podemos permitirnos errores como el de Austin». Su capacidad para concentrarse y evadir la presión es digna de admirar.
Aunque todo el mundo lo señalaba como favorito desde antes de llegar a Alcañiz, él nunca se dejó llevar por la presión externa. «Esta victoria era obligatoria para nosotros», comentó con firmeza. Y vaya si cumplió: dominó todas las sesiones y lideró cada vuelta de la carrera.
Tras cruzar la línea de meta, su alegría era palpable; saltó y gritó junto a su hermano Álex y sus fans. «Lo siento si la carrera fue algo aburrida», bromeó mientras celebraba con ellos. En este momento ya tiene una ventaja considerable sobre Álex y Bagnaia: ¡32 puntos! Pero no nos engañemos; en Mugello espera otro desafío.
Márquez sigue demostrando que cuando hace las cosas perfectas, nada es imposible. Con cada carrera nos recuerda por qué es uno de los grandes campeones del motociclismo mundial.