En el Gran Premio de Aragón, Pedro Acosta demostró que no solo es un talento en la pista, sino también un maestro del arte de la comunicación. Cuando se le preguntó sobre su futuro y si se mudaría a Ducati en 2026, sus respuestas fueron tan jugosas como una buena tapa. ‘Hemos dado lo que teníamos con la moto que tenemos’, dijo sin rodeos, dejando claro que no le gusta hablar de lo que aún no ha llegado.
El deseo de velocidad
Sin embargo, hay algo innegable en su mirada cuando habla de las Desmosedici. ‘Se te cae un poco la babilla yendo detrás’, confesó al recordar sus batallas contra Bagnaia. Pero ahí viene el giro: ‘No me caso con nadie’, afirmó con una sonrisa pícara, recordando cómo también había estado soltero tras una relación anterior. La vida cambia y él lo sabe.
A pesar de sus logros, Acosta es consciente de su lugar en el mundo del motociclismo. ‘Sentía rabia’, admitió al hablar sobre la competencia feroz entre campeones como Márquez y Bagnaia. Con humildad, reflexionó: ‘Por ahora, no he ganado ninguna carrera’. Así es Pedro, siempre sincero.
Aun así, este fin de semana fue especial para él; logró su mejor resultado hasta ahora en MotoGP: un cuarto puesto que le dejó satisfecho. ‘Creo que he estado entre los cinco primeros… Ojalá el Pedro del año pasado hubiera entrenado tanto como yo lo hago ahora’, dijo con determinación.
Y mientras cerraba su intervención, no podía faltar un toque humorístico: ‘Voy a cenar bien esta noche porque he pasado mucha hambre todo el fin de semana’. Y así es Pedro Acosta: directo al grano pero siempre con una sonrisa y un buen plato por delante.