En el GP de Aragón, la realidad se impuso con toda su fuerza y, como muchos ya esperaban, Marc Márquez volvió a demostrar por qué es considerado uno de los mejores. A pesar de salir mal en el Sprint, su talento brilló y no dejó lugar a dudas: es el máximo favorito para la carrera del domingo. La pista aragonesa parece rendirse ante su dominio.
Un piloto sin igual
Márquez celebró su victoria en el Sprint con una confianza que deja a todos boquiabiertos. Su habilidad en las curvas izquierdas, especialmente en aquella que lleva su nombre, ha sido un espectáculo digno de ver. El sábado fue testigo de cómo hizo la pole position siendo más agresivo de lo habitual y aún así logró imponerse. Solo un error podría dar esperanza a sus competidores.
Las caídas en Austin y Jerez sirvieron como un toque de atención; Marc lo sabía bien. «He salido bien, pero me ha patinado detrás y he perdido varias posiciones», admitió tras la carrera. Con paciencia, pudo recuperar terreno pero está claro que siempre hay un riesgo latente: «Mañana puede pasar otra vez», reflexionaba, consciente de que cualquier rival podría dar la sorpresa.
Y es que hasta él reconoce su poderío. Mantenerse concentrado y tranquilo es clave para seguir brillando en cada carrera. Controlando la distancia con su hermano Álex durante el Sprint, esperaba pacientemente ese momento crítico donde los neumáticos empiezan a ceder: “Es cuando me siento mejor”. En este juego estratégico, hay que estar preparado para todo.
Pese a las adversidades y al empuje del resto del equipo, como Fermín o las KTM que no están lejos, Marc sigue arrasando con una comodidad desconcertante. Con siete triunfos en ocho sprints bajo el brazo y 27 puntos por delante del segundo clasificado –su hermano Álex–, queda claro que nadie puede compararse con él ahora mismo.
A pesar del dominio absoluto del mayor de los Márquez, su hermano tiene sus propias cartas bajo la manga: ser inteligente y aprovechar cualquier error que surja durante la carrera. «Si llegan esos errores bien; si no… lo importante es minimizar daños», comentaba Álex con una mezcla de respeto y determinación.
Mientras tanto, Bagnaia, luchador incansable pero desalentado tras no puntuar este fin de semana, ve cómo se alejan sus posibilidades ante un Márquez intratable que parece imbatible.