En el GP de Aragón, celebrado en el espectacular circuito de Motorland, Marc Márquez se mostró intratable. Desde el primer momento, el octocampeón dejó claro que no iba a dar tregua, dominando la carrera con una superioridad que hacía tiempo no veíamos. Con un control absoluto de la situación, Marc cruzó la meta primero, seguido por su hermano Álex, quien hizo lo posible por contener a un renacido Bagnaia.
Una carrera llena de emociones y rivalidades
Las condiciones climáticas eran algo más frescas de lo habitual, con 27 grados en el aire y 51 sobre el asfalto. En la parrilla había caras conocidas, aunque algunos como Marini y Jorge Martín no pudieron competir. Desde la salida, Marc se mantuvo firme en su posición inicial mientras Álex taponaba los intentos de Bagnaia por avanzar. La tensión era palpable; cada adelantamiento podía cambiar el rumbo de la carrera.
A medida que avanzaban las vueltas, quedaba claro que había un nuevo Bagnaia en pista: más competitivo y decidido. Sin embargo, a falta de quince giros para el final, Marc apretó aún más y aumentó su ventaja hasta los dos segundos. Mientras tanto, Álex luchaba encarnizadamente para mantenerse por delante del italiano.
No todo fue fácil; caídas y accidentes marcaron la jornada. Zarco se vio envuelto en un incidente cuando apenas estaba haciendo su carrera desde atrás. Pero a pesar de ello, el espectáculo continuaba. La batalla entre Aldeguer y Morbidelli también nos regaló momentos emocionantes que mantuvieron al público al borde del asiento.
Finalmente, después de una carrera impecable donde incluso batió su propio récord de vuelta rápida en competición, Marc volvió a demostrar por qué es uno de los grandes. Un triunfo contundente que le permite afianzar aún más su liderazgo en el campeonato: ahora le saca 32 puntos a Álex y 93 a Bagnaia.