El Gran Premio de España nos dejó a todos con la boca abierta, especialmente a los seguidores de Max Verstappen. El neerlandés, quien ha sido una auténtica máquina en la Fórmula 1, vio cómo se desmoronaba su carrera en las últimas vueltas del circuito de Montmeló. A pesar de que Oscar Piastri se llevó el triunfo y subió al podio, todos los ojos estaban puestos en el tetracampeón del mundo.
En un giro inesperado, Max perdió el control de su coche justo al entrar en la recta principal. Charles Leclerc aprovechó ese momento para arrebatarle lo que parecía ser un lugar seguro entre los tres primeros. Pero eso no fue todo; la cosa se complicó aún más cuando, tras un roce con George Russell en la primera curva, Red Bull le indicó que debía devolver la posición.
Un desenlace amargo para ‘Mad Max’
Lo que ocurrió a continuación fue una serie de errores que le costaron caro. Aunque logró cruzar la meta en quinta posición, tras ceder ante el piloto de Mercedes, Verstappen terminó cayendo hasta el décimo lugar debido a una penalización de 10 segundos impuesta por los comisarios. Este resultado marca un hito triste: es su peor clasificación en ocho años, desde aquel GP de Italia en 2017 donde partió desde el 13º puesto.
A pesar de haber completado ya 53 carreras desde entonces y habiendo acumulado victorias casi sin parar, esta vez se sintió como una derrota monumental. La constancia ha sido siempre su mejor aliada; sin embargo, este fin de semana mostró lo frágil que puede ser cualquier racha. En sus últimos ocho años, solo había tenido dos resultados peores: dos novenos puestos.
No cabe duda de que Max tiene talento y determinación para recuperarse. ¿Quién no ha tenido días difíciles? Después del espectáculo del GP de España, nos queda preguntarnos si será capaz de levantarse nuevamente o si este tropiezo le enseñará algo fundamental para seguir adelante.