En el emocionante mundo de la Fórmula 1, pocas cosas son tan intrigantes como la presencia de Adrian Newey en Aston Martin. Y es que tras su llegada, Fernando Alonso no pudo evitar sentirse impactado por el ambiente que se respiraba en Mónaco. Desde su primera conversación hasta las reuniones técnicas, cada momento fue una lección sobre liderazgo y exigencia. El asturiano lo describe así: “Sí, fue fantástico. Su visión del coche, incluso desde boxes o la parrilla, nos hace ver aspectos que debemos mejorar y otros que ya hemos mejorado”.
Un nuevo aire en Aston Martin
Lo que vivió Fernando ese fin de semana fue mucho más que una simple carrera; era como un examen para todo el equipo. Según él, la atmósfera cambió radicalmente con la llegada de Newey. “La concentración era palpable”, dice Alonso. Todos estaban al tanto de los pequeños detalles del coche porque sabían que ante cualquier desviación del camino correcto, Newey lo detectaría al instante.
Aquel famoso ingeniero tiene fama de no andarse con rodeos y hacer preguntas directas. Una de sus favoritas es: ‘¿Y qué vas a hacer para solucionarlo?’, una interrogante que a menudo deja a algunos ingenieros sin respuesta. La presión se siente y muchos saben que dar excusas poco creíbles no es una opción cuando está presente.
Parece claro que Aston Martin está cambiando gracias a esta influencia positiva, y ya estamos viendo mejoras supervisadas por Newey antes de llegar al coche en Imola. Con cada carrera, el equipo parece avanzar hacia nuevas metas bajo su guía experta.