La carrera del Gran Premio de Emilia Romagna en Ímola comenzó como un verdadero espectáculo, una explosión de adrenalina que dejaba sin aliento a los más de 240.000 aficionados que abarrotaban las gradas del Autódromo Enzo e Dino Ferrari. Con el inconfundible humo rojo de los tifosi de Ferrari en el aire, la salida prometía ser emocionante, y vaya si lo fue. Max Verstappen, con una arrancada magistral, logró colocarse en primera posición en un abrir y cerrar de ojos.
Un inicio lleno de sorpresas
No todo salió según lo planeado para Verstappen; el neerlandés no acertó al soltar el embrague cuando se encendieron los semáforos y vio cómo tanto Oscar Piastri como George Russell se le acercaban peligrosamente. Pero ahí fue donde demostró su maestría: entrando en la primera curva, decidió alargar su frenada al máximo y lanzó su coche hacia adelante justo cuando Piastri confiado pensaba que tenía la ventaja. Fue un movimiento brillante que dejó a todos boquiabiertos.
“¿Qué demonios hace Piastri?”, soltó Russell por radio, frustrado ante la situación. El australiano no tuvo tiempo para reaccionar mientras Verstappen se colaba por el exterior con una precisión digna del campeón que es.
Y no solo fue Verstappen quien brilló en este inicio trepidante; Fernando Alonso también dejó claro que estaba dispuesto a luchar. A pesar de estar compitiendo desde atrás, mejoró su arrancada sobre Lando Norris intentando emparejarse con él; aunque no logró pasarle esta vez, ya dejó claro su mensaje: sigue siendo uno de los mejores en las salidas.
A medida que la carrera avanzaba, otros pilotos como Pierre Gasly intentaron hacer lo mismo pero terminaron viendo sus esperanzas desvanecerse tras un error que les llevó a perder posiciones valiosas. La emoción seguía palpable en cada giro del circuito y nosotros estábamos allí para vivirlo al máximo.