En un ambiente lleno de emoción y adrenalina, el GP de España de MotoGP en Jerez nos dejó momentos inolvidables. Todo empezó con una broma del jefe de Ducati, Gigi Dall’Igna, al tenista Carlos Alcaraz: «Si quieres probar la Ducati, podemos organizarlo». A lo que Carlitos, con su sonrisa característica, respondió que prefería ser solo un espectador. ¡Qué gran día para ambos!
El corazón de MotoGP late fuerte
A pesar de que la jornada no fue del todo favorable para el equipo oficial de Ducati, la marca sigue brillando con una racha impresionante de victorias. Los entrenamientos comenzaron el jueves con Pecco Bagnaia al mando y un equipo técnico analizando hasta el más mínimo detalle sobre los neumáticos. Todo estaba preparado para dejar huella en la pista andaluza.
El viernes, tras unas sesiones intensas, Marc Márquez se hizo presente en un evento de Estrella Galicia en Jerez. La competición prometía emociones fuertes y no decepcionó; el sábado quedó claro que Quartararo se colocaba como poleman. Durante el Sprint, nuestros corazones palpitaban al ver cómo el octocampeón se imponía nuevamente.
A medida que avanzaba el fin de semana, la visita del joven tenista Carlos fue uno de esos detalles que le dan sabor a estas competiciones. La química entre los atletas era palpable; mientras Marc le daba algunos consejos técnicos sobre las motos, Bagnaia compartía risas y anécdotas.
Poco después llegó la tensión: Marc sufrió una caída en pleno momento crítico del Sprint, dejando a todos en silencio absoluto dentro del box. Pero él no se rindió; explicando su error a su técnico Marco Rigamonti dijo: «Creo que la goma se ha calentado un poco…».
A pesar del contratiempo, Bagnaia logró subirse al podio como tercero, mientras que Álex Márquez celebraba su victoria por todo lo alto. Con cada carrera se siente esa camaradería entre pilotos; siempre hay espacio para dar o recibir una felicitación sincera. Así es MotoGP: pura pasión sobre dos ruedas.