En un mundo donde la velocidad y la precisión son clave, Ferrari se encuentra en un momento crítico. Tras un inicio de temporada 2025 que no ha sido precisamente el soñado, con solo tres podios en su haber -dos cortesía de Hamilton y uno de Leclerc-, la mítica escudería italiana tiene que reaccionar. La última carrera en Miami fue un claro reflejo de las dudas que asolan a Maranello. ¿Es este el año para arriesgar o sería más sensato reservar fuerzas y recursos para 2026?
Una caída anunciada
Lo cierto es que el equipo rojo ha visto cómo su rendimiento ha caído como una piedra, pasando a ser el cuarto o incluso quinto en la parrilla. Si echamos la vista atrás, Ferrari cerró 2024 con buenas vibraciones, pero ahora parece que todo aquello se ha desvanecido. La historia está llena de altibajos y esta no es la primera vez que nos encontramos ante un Ferrari en crisis.
Así las cosas, desde la Gestione Sportiva ya están moviendo fichas para darle un giro a la situación antes del verano, esa época crítica donde los equipos suelen darlo todo por cambiar el rumbo. Según informa ‘AutoRacer’, están preparando cambios significativos centrados principalmente en la suspensión del SF-25. Este componente es crucial para afinar el coche y devolverle ese espíritu competitivo perdido.
A pesar del batacazo sufrido en Australia -donde pasaron de ser los favoritos a apenas figurar-, parece que hay luz al final del túnel. El enfoque ahora está puesto en encontrar soluciones óptimas para mejorar tanto el agarre como el recorrido del vehículo. Y eso puede ser clave para tranquilizar a dos pilotos tan talentosos como Leclerc y Hamilton, quienes necesitan confianza tras lo ocurrido en Miami.
Lewis Hamilton compartió su optimismo: «Creo que este coche todavía tiene rendimiento, pero algo nos está retrasando». Una declaración cargada de esperanza ante un panorama complicado donde cada punto cuenta. Sin duda, Ferrari tiene mucho por hacer si quiere salir del agujero y volver a brillar sobre el asfalto.