La Fórmula 1 está que arde y, en Italia, ya se habla de profundas grietas entre Lewis Hamilton y Ferrari. La situación no es la esperada tras el fichaje del siglo; los resultados brillan por su ausencia y, con el Gran Premio de Ímola a la vuelta de la esquina, las tensiones están más que palpables.
En Miami, vimos cómo la lucha por posiciones entre Hamilton y Charles Leclerc se convirtió en un intercambio algo caótico. Todo esto para pelear por un séptimo o un octavo puesto, cuando ambos estaban claramente frustrados. ¿Qué ha pasado con esa unión prometedora?, se preguntan los medios italianos. El rotativo ‘La Gazzetta dello Sport’ lo describe como un matrimonio de lujo que podría terminar en crisis.
Tensiones internas y expectativas desbordadas
A medida que avanzan las carreras, esas comunicaciones tensas dejan entrever un malestar más profundo dentro del equipo. Puede que todo esto se hubiese evitado si el muro de boxes hubiera tomado decisiones más rápidas; tal vez ordenando a Leclerc que dejara pasar a Hamilton cuando aún tenía neumáticos frescos. Pero no fue así, y ahora estamos ante un panorama complicado donde ni siquiera las maniobras estratégicas parecen funcionar.
A pesar de ser una jugada maestra desde el punto de vista comercial, las cosas podrían volverse en contra si los resultados deportivos no llegan pronto. Se comenta que Ferrari planea una revolución técnica con una nueva suspensión trasera para mejorar el SF.25, pero hay dudas sobre cuándo estará lista. Sin mejoras significativas, será difícil sacar partido al resto del coche.
La presión no podría ser mayor para el próximo Gran Premio en Ímola, donde los tifosi estarán expectantes esperando ver al equipo brillar como nunca antes. Contratar a alguien como Hamilton trae consigo enormes expectativas; sin embargo, si estas expectativas no son cumplidas… ¿será este el inicio de una remontada épica o simplemente un fracaso histórico? Solo el tiempo lo dirá.