La reciente carrera de Fórmula 1 en Miami se convirtió en un verdadero quebradero de cabeza para Aston Martin. Los dos pilotos, Fernando Alonso y Lance Stroll, terminaron penúltimo y último, ocupando los puestos 15º y 16º. Solo los que abandonaron la carrera quedaron por detrás, lo que pinta un panorama desolador para el equipo británico. Este resultado es, sin duda, el más decepcionante desde 2023, y todo indica que podríamos ver más días oscuros a este ritmo.
El análisis tras la tormenta
Andy Cowell, jefe del equipo, compareció ante los medios con una expresión seria que reflejaba la frustración general. «No estamos contentos con lo que hemos visto hoy», confesó. Las palabras resonaron como un eco de la inquietud que siente todo el equipo al no encontrar áreas donde puedan destacar en esta temporada. La pista de Florida no tiene nada especial; es un trazado representativo donde la realidad golpea fuerte: hay muchos problemas por resolver.
A pesar del mal rendimiento actual, Cowell reveló una estrategia a futuro. El AMR25 no solo está destinado a competir este año; se convertirá en un banco de pruebas para desarrollar tecnologías que se implementarán en el monoplaza de 2026. «Si funciona aquí, funcionará cuando importe», aseguró mientras delineaba su plan para incorporar mejoras cruciales.
A medida que avanzamos hacia las próximas carreras en Ímola y Mónaco, las actualizaciones están sobre la mesa. Algunas incluso estarán ligadas a nuevas regulaciones impuestas por la F1. Sin embargo, Cowell también dejó caer una crítica dirigida a Ferrari al insinuar que tal vez deban esforzarse más: «Quizá debamos apretar un poco las tuercas».
Así se presenta Aston Martin: luchando contra viento y marea pero con la vista fija en el horizonte del 2026. Aunque ahora mismo están atrapados en un calvario competitivo, su aspiración sigue intacta: convertirse en protagonistas dentro de dos temporadas.