En el bullicioso ambiente del GP Jerez, hay una historia que nos toca el corazón: la familia Márquez. Emilio Alzamora, ex campeón de 125cc y actual mentor de jóvenes talentos, no puede ocultar su emoción al ver a sus antiguos pupilos, Marc y Álex Márquez, batallar por el título de MotoGP. Este año es especial; parece que la corona tiene un destino claro y familiar.
Una historia de esfuerzo y pasión
Alzamora ha estado al lado de los hermanos desde sus inicios, y ahora observa con orgullo cómo lideran la competición. «Es un sueño hecho realidad», comparte con una sonrisa. «Ver a Marc dominando las carreras, pilotando sin necesidad de seguir a otros, es asombroso. Después de todo lo que ha pasado, su regreso es simplemente increíble».
Y no se olvida de Álex. «Siempre lo dije: Álex es un diésel que explota cuando menos te lo esperas. Su victoria en Jerez fue un momento emocionante para todos nosotros». No hay duda: estos dos son más que pilotos; son un ejemplo para muchos.
Pero aquí viene lo jugoso: Alzamora cree firmemente que este Mundial se quedará en casa. «¿Con quién? Eso está por verse», añade con una chispa en los ojos. La temporada está llena de sorpresas y desafíos; cada carrera cuenta como dos en esta apasionante lucha donde las lesiones y otros factores pueden cambiarlo todo.
Aunque algunos errores han aparecido en la pista, como la caída reciente de Marc, su antiguo mánager mantiene la calma. «El mayor rival de Marc es él mismo», afirma convencido. Y así es como debe ser; ser campeón implica arriesgarse y aprender a levantarse después de cada caída.