En el GP de España, celebrado en Jerez, la emoción se desbordó cuando Álex Márquez subió al podio después de una carrera impresionante. No solo él estaba en las nubes; los miembros del equipo Gresini celebraron como si no hubiera un mañana. Saltos, gritos y abrazos se apoderaron del ambiente, convirtiendo el circuito andaluz en una auténtica fiesta. Y es que, aunque había test programados, nadie podía contener la alegría por la victoria de su piloto.
Una victoria muy esperada
A pesar de haber tenido otros triunfos recientes con pilotos como Enea Bastianini o Fabio Di Giannantonio, esta victoria significaba algo especial para el número 73. Era evidente que la formación italiana había forjado un vínculo único con Álex tras tres años juntos. La felicidad era palpable y algunos miembros del equipo incluso se emocionaron hasta las lágrimas.
Carlo Merlini, director de marketing del equipo, reflexionó sobre este momento tan esperado: «Sabíamos que podía llegar a ser campeón porque es un bicampeón del mundo; su talento nunca estuvo en duda». Álex ha demostrado que merece estar donde está: liderando el proyecto hacia 2025 tras la salida de Marc y con la presión adicional sobre sus hombros.
No obstante, Merlini mantiene los pies en la tierra: «No queremos marcar nuevos objetivos por ahora; tiene que seguir haciendo lo mismo», dijo, mientras todos soñaban con un futuro brillante. ¿Y por qué no soñar con el título? Con solo cinco grandes premios disputados, el camino aún es largo y lleno de sorpresas. Sin duda alguna, este es solo el comienzo para Álex Márquez y su equipo.