En un ambiente cargado de adrenalina, el CEO de Ducati, Claudio Domenicali, se encontraba en el box de su equipo durante el Gran Premio de España en Jerez. Mientras celebraba la victoria de Álex Márquez, no podía dejar de pensar en las dificultades que enfrentó su hermano mayor, Marc. Con el mono lleno de rasguños tras una caída inesperada, la jornada fue un cóctel de emociones.
Un momento agridulce
Domenicali compartió sus pensamientos con sinceridad: «Marc es un piloto excepcional y está demostrando su habilidad al volante. Sin embargo, a veces los excesos de confianza pueden jugar malas pasadas». Sus palabras resonaron entre los aficionados; todos sabemos que este deporte no perdona errores. A pesar del tropiezo, el directivo destacó que Marc tiene el control sobre su moto y es capaz de levantarse después del golpe.
Por otro lado, Álex Márquez brilló con luz propia. «Hizo una carrera impresionante», dijo Domenicali con orgullo. Y no es para menos; la victoria fue un claro reflejo del esfuerzo y dedicación que ha puesto en cada vuelta.
Pero ¿qué pasa con Pecco Bagnaia? La situación para él no es tan sencilla como parece. A pesar de haber sido un habitual triunfador en Jerez los últimos años, esta vez se quedó con un amargo tercer puesto. «La moto no le está dando las sensaciones que necesita», comentó Domenicali, dejando entrever que hay trabajo por hacer si quieren recuperar ese brillo del pasado.
Así queda la realidad del equipo: triunfos emocionantes mezclados con desafíos complicados. Una mezcla que solo los verdaderos amantes del motociclismo comprenden y aprecian.