En el emocionante Gran Premio de Bahréin, Alex Albon, piloto del equipo Williams, se encontró inmerso en una lucha feroz con Ollie Bearman de Haas. La tensión se palpaba en la radio cuando, entre risas y frustraciones, Albon soltó: «Este tío quiere matarme». Y es que no es para menos. La carrera estuvo llena de momentos críticos que dejaron a más de uno al borde del asiento.
Un duelo sin tregua
Desde el inicio, las cosas no fueron sencillas para Albon. En la vuelta 1, cuando Bearman intentó pasarle por la curva 1, nuestro protagonista no pudo evitar sentir la presión. «La forma en que se defiende es demasiado», expresó con un tono mezcla de incredulidad y rabia. Sin embargo, lo que parecía ser solo una escaramuza inicial se convirtió rápidamente en una auténtica batalla campal sobre el asfalto.
A medida que avanzaba la carrera, los nervios estaban a flor de piel. En la vuelta 39, Albon decidió utilizar su DRS para acercarse a Bearman nuevamente. Pero este último no se lo puso fácil; un movimiento arriesgado casi lo saca de pista. Fue entonces cuando estalló: «Es muy peligroso… James, tienes que hacer algo», gritó por radio a su ingeniero mientras el calor de la competición aumentaba.
A pesar del enfado palpable en su voz y las constantes quejas sobre el joven piloto británico moviéndose peligrosamente durante las frenadas, fue Bearman quien salió victorioso ese día. Tras acabar décimo por tercera vez consecutiva en esta temporada y llevándose un punto valioso para Haas, incluso mostró su entusiasmo tras cruzar la línea de meta: «Fue una carrera de verdad… dándolo todo».
Al final del día, mientras Albon reflexionaba sobre su frustrante duodécima posición y la amarga sensación de haber perdido puntos cruciales, quedó claro que Sakhir había sido mucho más que un simple circuito; había sido testigo de una batalla épica donde los sueños y desilusiones corren a toda velocidad.