Después de la emocionante carrera en Suzuka, la situación para Red Bull se ha vuelto crítica. El RB21 no da la talla en Bahréin y las tensiones empiezan a aflorar. Max Verstappen, quien siempre ha sido el rey del asfalto, ahora se encuentra en medio de una tormenta que podría llevarle a cambiar de equipo. ¿Mercedes será su próximo destino?
La cara oculta de la Fórmula 1
En esta doble vida que lleva la Fórmula 1, hay dos realidades muy marcadas. Por un lado, tenemos la imagen pulida que nos muestran durante la semana: pilotos sonriendo, cenas compartidas y hasta juegos entre ellos como si estuvieran disfrutando de unas vacaciones. Pero luego llega el gran premio y ahí todo cambia. La adrenalina se apodera del ambiente; los coches rugen y el riesgo es palpable. Este fin de semana vimos cómo Jack Doohan salió ileso de un accidente escalofriante a 300 km/h. Su alerón no funcionó como debía, pero eso no le impidió luchar por volver a subirse al coche.
Bahréin ha demostrado ser un circuito emocionante, superando incluso a lugares emblemáticos como Suzuka o Spa. En Sakhir vivimos momentos intensos: Lando Norris peleando con Leclerc mientras Hamilton aprovechaba cualquier oportunidad para colarse entre ellos. Y qué decir de Sainz defendiendo su posición contra Lewis; un auténtico espectáculo donde incluso Verstappen tuvo su momento de desahogo al reclamar espacio en pista.
A pesar del caos y las peleas en pista, hay historias que brillan con luz propia: el talento emergente de Leclerc, los extraordinarios sábados de Alonso o el impresionante adelantamiento de Antonelli a Verstappen son razones suficientes para mantenernos pegados al televisor.
Pero volviendo a Max… Tras una actuación decepcionante donde ni siquiera lograron hacer bien sus paradas, el clima en Red Bull se volvió tenso tras la carrera. Raymond Vermeulen, manager del piloto neerlandés, no pudo contenerse y tuvo una discusión acalorada con Helmut Marko frente a las cámaras. ¡Menudo espectáculo! Marko dejó caer ante Sky que estaba preocupado por si Max seguiría vestido con esos colores si no mejoraban rápidamente el coche.
Así estamos hoy: entre rumores sobre motores nuevos y especulaciones sobre contratos sin firmar. Si George Russell aún no ha renovado con Mercedes es porque las aguas están revueltas y algo grande se avecina…