La noche caía sobre el circuito de Qatar y, mientras las temperaturas bajaban a 27 grados, el ambiente se encendía con la emoción de los aficionados. Arón Canet, un valenciano decidido y con ganas de demostrar su valía, empezó la carrera de Moto2 como si estuviera destinado a la batalla. Sin embargo, todo parecía ir mal desde el principio: se quedó clavado en la salida y se desplomó hasta el 14º lugar. Un comienzo para olvidar.
Una remontada digna de recordar
A pesar del tropiezo inicial, Canet no se rindió. Con cada vuelta que pasaba, recuperaba posiciones como un guerrero que lucha por su honor. Mientras tanto, Manu González mantenía su posición en el podio, pero los vientos cambiantes de la carrera le traían desafíos inesperados. Canet comenzó a adelantar rivales con una maestría impresionante, dejando atrás a aquellos que antes lo habían superado.
El espectáculo estaba servido cuando los pilotos empezaron a maniobrar agresivamente en busca del liderato. Uno tras otro fueron cayendo ante la determinación del valenciano. A medida que las vueltas avanzaban y el líder Dixon sufría un accidente doloroso en la curva 13, Arón vio su oportunidad dorada. Con una estrategia impecable y confianza renovada, Canet tomó las riendas de la carrera.
Poco a poco fue abriendo distancia con sus perseguidores hasta cruzar la meta como un auténtico campeón. “Me sentía como el año pasado”, dijo tras su victoria resplandeciente. “Toc, toc, ¿quién es? Arón Canet que ha vuelto”, agregó entre risas y satisfacción. Con esta hazaña ya es líder con diez puntos de ventaja sobre Manu González.