En el GP de Bahréin, la emoción estaba en el aire. Carlos Sainz y Fernando Alonso lograron salir por delante de sus compañeros, algo que no sucedía desde hace tiempo. Sainz, quien partía octavo en la parrilla, se mostró imparable y encontró su ritmo con un Williams que parecía más competitivo de lo esperado. Mientras tanto, Albon, quien salió 15º, no podía ocultar su frustración pidiendo disculpas por la radio.
Un día para recordar
Fernando Alonso, por su parte, arrancó 13º pero logró demostrar que los números no siempre cuentan la verdad. Con una increíble vuelta en la Q1, se plantó por delante de Lance Stroll -que salió 19º- gracias a una diferencia de casi medio segundo. Aunque el Aston Martin era considerado uno de los peores coches del momento según las estadísticas, eso no detuvo al asturiano. Se trataba de un desafío personal que le encantaba afrontar.
Sainz también dejó claro que venía decidido a recuperar confianza tras un inicio titubeante esta temporada. Con cada vuelta lograda durante la clasificación, fue subiendo como la espuma; incluso cerró su participación en Q3 con una espectacular remontada que le permitió superar in extremis a grandes nombres como Hamilton y Tsunoda.
A medida que avanzamos hacia la carrera del domingo, hay una sensación palpable de expectación: ambos pilotos están listos para darlo todo y quizás conseguir unos buenos puntos para sus equipos. En este circuito donde adelantar no es misión imposible, podríamos ver grandes sorpresas. Así que… ¡que empiece la acción!